Recolectando ideas (Pansy)

Al final había terminado la clase. Realmente me hubiesen preguntado y aquello no parecía tener final. La profesora Sprout se enrollaba como un pergamino y siempre estaba hablando de curiosidades de sus plantitas. Me preguntaba que provecho podría sacar de aquellas plantas que olían a bomba fétida...Sería interesante probar su efecto en algun estudiante de Slytherin. Eran los únicos divertidos, los ravenclaw eran muy listos y los Hufflepuff demasiado fáciles de engañar.

Cogí una de las ramas de la planta que olía a estofado podrido y la miré con curiosidad. No sabía por qué motivo olían así, pero la verdad es que el motivo me daba bastante igual. Volví a dejar la rama en la planta y me saqué los guantes, me los había puesto para evitar que ese olor se me quedara pegado. Era realmente vomitivo.

Me quité la bata y me dispuse a salir del invernadero no sin antes toparme con una figura de chica con una bata verde.

Estaba bastante entretenido pensando como podría utilizar aquella planta que ni siquiera me di cuenta de que por mi lado se acercaba una serpiente venenosa. Me giré al escuchar sus agradables palabras y la miré divertido.

- Con ese mal carácter y ese olor acabarás por convertirte en una serpiente de verdad Pansy.-dije divertido.

Después me giré de nuevo hacia la planta, no iba a ser yo el que se apartara para dejarla pasar, como si tuviese que hacerle el pasillo.

- Si vas a quedarte ahí puedes ayudarme, así harás algo productivo por una vez en tu vida.-dije bromeando.

La miré y sonreí de lado para después volver a mirar la planta que sostenía entre las manos. Odiaba a las serpientes pese a tener una en la familia, mi hermano y alguno que otro de aquella casa parecían menos víboras que otros.

- Ya decía yo que esa lengua viperina que tienes debía ser de serpiente, y no de persona.-dije divertido.

Pese a que no estaba siendo precisamente halagador, tampoco era maleducado. Mi tono era simpático y alegre, como el que solo bromea con un amigo.
Giré mi mirada después de escuchar lo que me dijo sobre la ayuda y dejé que una media sonrisa irónica asomara en mis labios.

- Claro, tú ya estas impregnada de este olor asqueroso y además, para sacar la planta de la maceta se necesitan dos personas.-dije sonriendo.- Y tú eres lo más parecido que he encontrado.

Pese a ser una serpiente en potencia no podía negar que Pansy era guapa, lo que pasa es que era demasiado...¿víbora? Quizá de aquellas que veías venir de lejos que no tramaban nada bueno.

- Sí, aunque los leones podemos llegar a ser tan peligrosos como las serpientes.-dije sonriendo con orgullo.

Siempre me había enorgullecido de estar en Gryffindor, pero había maldecido que mi hermano fuera a parar a la casa verde. Suponía que algo debía haber en él o algo debió pasar por alto en mi el sombrero.

- Claro que es una excusa Pansy.-dije sonriendo.- Todos sabemos que eres extremadamente irresistible. Preguntale a alguno de Slytherin.-bromeé

La miré y rodé los ojos. Pansy tenia aspecto de angel pero una mente demasiado perversa, nunca la había considerado de fiar. Pese a no tener gran cosa en contra de las serpientes ya que mi hermano pertenecía a esa casa, no me gustaba mezclarme con ellos.

- ¿raro? Los leones o almenos yo, siempre decimos lo que pensamos, sea bueno o malo.-dije encogiendome de hombros.

Ambos cogimos la planta que realmente olía a vómito, asqueroso...Miré a mi compañera y sonreí de lado. Le gustaba escuchar aquello, supongo que como a todos.

- Está bien Parkinson, -dije sonriendo.- aunque no creo que te lleguen muchos cumplidos de los leones.

Finalmente puse la planta en la nueva maceta y empecé a taparla con tierra para evitar que aquel olor se extendiera.

Miré a Pansy y después sonreí de lado antes de volver a encogerme de hombros. Odiar no los odiaba, quizá a algunos en especial como Malfoy o Lestrange...pero el resto me era más bien indiferentes.

- Claro, yo me levanto cada día pensando en qué voy a hacer para demostrar mi odio por los Slytherin y en especial por ti.-dije bromeando.

Acabé de poner tierra en la maceta y coloqué cuidadosamente las bolitas aquellas de crecimiento ultrarápido. Volví a mirar a mi compañera cuando su mano rozó la mía.

- Si querías meterme mano deberías pedírmelo antes Parkinson.-reí.

Era eléctrico al contacto, al fin y al cabo Pansy era demasiado guapa como para pasarlo por alto, pero mi orgullo de león iba más allá de aquello. Nunca lo reconocería y menos con la princesita de Slytherin.

Separé la mano en el mismo momento que ella y después me saqué los guantes, ahora solo me faltaba regar la planta. Miré a la chica divertido y después me encogí de hombros.

- Vaya...yo que pensaba ir a contárselo a todos mis amigos...-dije en burla.

Saqué la varita y apunté hacia la planta. Tenía el don de los hechizos de mi padre, eso no cabía duda. Poco estudiar y notas considerables, o eso, o tenía una flor en el culo.

- Aquaeructo! -susurré haciendo que de mi varita saliese un chorro enorme de agua.- Entonces....intentaré no hacerme ilusiones...

Sonreí ante lo último que dijo y cuando se acercó a mi oido. Me giré manteniendo la distancia que se había acortado ahora.

- ¿Estás segura? -dije sonriendo maliciosamente.

Sabía que de alguna manera intentaba provocarme. Acabé de regar la planta y me giré a ver a la chica cuando me susurró al odio.

- No tenía ni idea.-dije riendo.- Encantado señorita Parkinson...lo de la seguridad es genético no?

Sonreí y después vi como su varita se dirigía a mi. Al parecer la chica tenia ganas de molestar a alguien y yo casi me había ofrecido al pedirle ayuda...aunque la verdad es que no había tenido más remedio. Quería ver de que era capaz aquella planta. Si podía usarla para escabullirme de alguna clase sería fantástico.
Supe que aquello no iba a ser bueno para mi en cuanto vi el chorro de agua que me mojaba. Saqué mi varita agilmente y la puse apuntando a su melena negra.

- Aquaeructo! -dije divertido.-¿ No pretenderas que sea el único en mojarse?

Miré a Pansy cuando dijo que todo en la vida era genético, en ese momento sabía que se equivocaba, pero me daba bastante igual.

- La lengua viperina también? -comenté divertido.

Su varita volvió a apuntarme una vez la hube mojado. Su pelo estaba empapado y toda ella parecía que acababa de salir del lago negro. Sonreí satisfecho pero duró poco. El agua volvió a empaparme de nuevo, con un chorro fino pero contundente.

- Ahora dejaré el rastro perfecto para McGonagall.-dije divertido.

Pocas cosas eran las que realmente me enfadaban y lo cierto es que la Slytherin no me estaba molestando.

- Pero esto no acaba aquí.-dije mojando del todo a la chica con mi varita.- Mucho mejor ahora Parkinson.

La verdad es que ambos estábamos totalmente empapados, parecía que hubiesemos salido del lago negro después de bañarnos con la ropa puesta. Las gotas me caían del pelo y no veía gran cosa así que me lo revolví.

- Oooh...-dije divertido.- No era mi intención.-sonreí travieso.

Dejé que se pusiera el pelo de lado y se sacara el jersey. Yo por mi parte solo llevaba la camisa ya que antes me había quitado la capa y el jersey de Gryffindor. Mi corbata pesaba nueve kilos con el agua, pero no pude hacer nada. Un jersey verde aterrizó en mi cabeza para después soltar un comentario gracioso.

- Yo estoy estupendo me ponga lo que me ponga.-bromeé.- Pero mejor quédatelo, el color verde no me sienta bien.

Le lancé de nuevo el jersey y revolví el pelo y estrujé la corbata de agua.

Seguí estrujandome la corbata y después sequé la camisa enrollándola a un lado y sacando el agua. Ya estaban empezando a irse todos los alumnos a sus comunes y yo debería ir. No era prefecto por lo que no tenía excusa...los castigos no me daban miedo, pero no me apetecía una bronca de la vieja de mi jefa de casa.
Miré a Pansy cuando se escurrió el agua de la falda. Lo cierto es que la serpiente tenia un buen cuerpo, cosa que jamás le diría debido a su condición de slytherin, si fuera de otra casa las cosas serían diferentes.

- Creo que tendré que inventarme una excusa para llegar tarde Parkinson.-dije sonriendo.- No soy prefecto por lo que tendría que ir a la sala común.

Lo cierto es que no había sido prefecto porque McGonagall pensaba que era un caso perdido y sería más bien una mala influencia que un modelo a seguir para los demás alumnos de Gryffindor.